Una de las cosas más importantes en las prácticas espirituales es la intención.
Para conectarnos con la intención es útil plantearnos preguntas como: ¿Qué deseo lograr con esta actividad? Aprender un idioma, encontrar pareja, tener hijos, ahorrar, comer, ejercitarse, en fin, cualquier actividad que llevemos a cabo. En todo podemos aplicar esta misma pregunta.
Tener claro que deseamos obtener o alcanzar es importantísimo. La vida no se trata de hacer cosas por hacerlas o por salir del paso. No. Tener un propósito es tener un motivo que te impulsa a realizar o dejar de hacer algo que te produce bienestar. Por su parte la intención, tiene fines más nobles y más grandes porque vienen del corazón.
Por ejemplo: no es lo mismo decir:
Voy a hacer dieta porque el médico dice que debo perder 20 libras.
A decir:
Quiero ser y estar más saludable, por eso a partir de hoy empezaré a cuidar y respetar mi cuerpo alimentándome de forma más consciente, natural y balanceada.
En ese ejemplo: Perder peso sería el propósito. Ser más saludable, sería la intención. Aparentan ser lo mismo, pero se siente en el cuerpo y en la mente totalmente diferente. Te invito a que repitas las dos frases conscientemente y puedas así percibir la diferencia
Pongamos otro ejemplo.
No es lo mismo decir: Tengo miedo a quedarme sola. A decir: Quiero tener un compañero de vida. Desde mi percepción, el propósito de lo que deseamos viene de un pensamiento de miedo, exigencia o carencia. La intención viene de estar en contacto con nuestro corazón.
Cuando la intención está presente, vivimos más agradecidos y centrados, porque estamos haciéndolo desde nuestra esencia, no por o para complacer a otros. Y si complacer a otros fuera el caso, terminaremos sintiéndonos agotados y desilusionados porque estaríamos ignorando nuestra esencia. Nuestra alma.
Recuerda, la intención tiene fines más nobles y más grandes, porque vienen del corazón y es de ahí de donde sacamos la fuerza para seguir esforzándonos cada día.
En resumen, para vivir con intención, tomemos en cuenta:
- Tener claridad en lo que deseamos.
- Confiemos en ello. Viene del alma.
- Tomemos acción, teniendo presente lo que motiva nuestro corazón.
- Nutramos nuestra intención con acciones que nos acercan cada día a nuestro objetivo.
Pongámosle a todo lo que hacemos una intención de amor, de manera que nos nutra, nos expanda a nosotros y a los que nos rodean.
Carolina Alcázar