Quiero en esta oportunidad compartir contigo que estoy en medio de un proceso maravilloso. Se llama Vida Limitada. Tuve la oportunidad de ver en YouTube hace pocos días la entrevista que le hizo Carlos Alazraki a Michel Domit, autor del libro “Ser, hacer y tener”. Escuchar la claridad de pensamiento, cómo vive y a que se dedica Domit, me llevó a buscar y conseguir su libro para empezar a leerlo y ver de qué se trataba su propuesta de sanación. Soy una persona muy curiosa, y él con su conversación alertó todos mis sentidos. Quedé genuinamente interesada en saber ¿qué era lo que él plantea como una herramienta que a muchos les ha cambiado la vida?
He de confesarte que estoy fascinada con el ejercicio de carácter imaginativo que él propone hagamos durante 30 días. Te cuento que al momento de escribir estas líneas voy por el tercer día del mismo, pero de ello te hablaré más adelante. En su libro, Domit, explica que hemos crecido validando únicamente aquello que se puede ver, oír, medir, tocar, cuantificar, o sea, lo que es físicamente demostrable, provocando con ello que el individuo sufra la pérdida de su referencia sobre quién es y hacía dónde se dirige.
En su obra: Vida Limitada, plantea fundamentalmente, transformemos nuestro esquema de prioridades: 1- Tener. 2- Hacer. 3- Ser Por un orden encaminado más a la esencia y a lo infinito: 1- Ser. 2- Hacer. 3- Tener.
Su guía de preguntas, fue creada para aquellos individuos que consideran que viven su vida con intensidad, y buscan superarse en todo momento y en cada oportunidad. Agrega que, si estás abierta/o a un cambio radical en tu vida, y estás dispuesta/o a cuestionarse con sinceridad y desde su raíz tus valores morales y espirituales que actualmente norman tu vida, Vida Limitada es para ti.
Nos advertirte que esta obra, no es un libro de lectura convencional, que el mismo adquiere su valor, en la medida que quién lo lee, reflexiona, responde a las preguntas, saca conclusiones, y finalmente, traza su plan de objetivos en el Ser, en el Hacer y en el Tener.
También hace ver que el libro producirá un efecto diferente en sus diversos lectores, y resultará más revelador para algunas personas dependiendo en gran medida del tiempo que dediquen a reflexionar en cada pregunta, y en especial, de su capacidad y voluntad de imaginar la situación propuesta en el ejercicio Vida Limitada.
Nos recuerda que la vida es un sueño, que es prestada, y que todo en ella es circunstancial y fugaz, y puede cambiar o ser destruido en un segundo. Ante lo efímero de nuestra existencia, Domit, nos invita a que cambiemos de actitud y nos introduzcamos en una situación particular, en la cual imaginamos que nuestra vida está limitada a un breve lapso de tiempo, un mes cuando mucho.
El hecho de encarar una situación tan poco común, como ser advertido o diagnosticado que tienes una enfermedad mortal e irreversible y que tan solo tienes un mes de vida, puede ser el motor de grandes cambios para nuestra vida. Al alterar repentina y tajantemente nuestras expectativas y esquemas de vida, nos obliga a razonar y a re evaluar tanto nuestras creencias como las prioridades que rigen nuestra vida diaria, produciendo cambios importantes en ella.
El primer requisito para poder sacarle el mayor provecho a esta experiencia es que te convenzas a fondo de que solamente te queda un mes de vida. Piensa en aquellos que murieron repentinamente a causa de un accidente, un asalto, una explosión, un terremoto, una inundación, etc. posiblemente si alguien les hubiera asegurado que morirían en una hora o en unos días, no lo hubieran creído. Y sin embargo murieron. Después de todo, no es imposible que nos quede poco tiempo de vida, ¿no es verdad? ¿O podrías asegurar lo contrario?
Michel Domit pide que venzamos todo temor, que creamos y actuemos con convicción la situación que se nos propone. Que confiemos en él, y que, una vez terminado el ejercicio, nos veremos nuevamente gozando de perfecta salud y deseando alcanzar una gran longevidad. A mí el corazón me late más fuerte cuando me anuncia que he de hacer o decir algo, fue así como tomé la decisión de meterme de lleno en esta nueva aventura que indica que solo me quedan 30 días de vida. El conteo dio inicio el 16 de marzo.
En lo personal, no tengo miedo a morir. Si aún no has leído mis libros: “De regreso a Casa”, “El Camino”, te invito a que lo hagas, ahí comparto con detalle cómo sucedió el encuentro cercano a la muerte que tuve el 22 de diciembre de 1995. De un día para otro mis riñones dejaron de funcionar lo que llevó a mi cuerpo a experimentar septicemia. Los médicos no se explican por qué no morí. En la Biblia dice: que no se mueve la hoja del árbol si no es la voluntad de Dios. Por lo tanto, morir es algo que sucederá en el momento que me toque. Ni un día antes, ni un día después. Estoy convencida que no era mi momento por eso PadreMadreDios me permitió continuar en la vida.
Mis encuentros cercanos a la muerte.
De cada uno en su momento, cinco personas y mi mascota, me fue anunciada su muerte. Tener acceso a esa información fue extraño y por lo tanto difícil de experimentar. Eran mis primeras experiencias, no sabía qué hacer con la información, si quedarme callada o compartirla. Mi inexperiencia me llevó a compartirla, pero no fue bien recibida la noticia y ahora entiendo el por qué.
En los países occidentales no nos han enseñado a hablar de la muerte como un proceso natural de la vida, nos la han planteado como algo malo, que implica pérdida, dolor, separación, tristeza. Con el agregado de la incertidumbre que produce no saber ¿qué hay después de la muerte? ¿Volveremos a ver a nuestros seres queridos o no? Pienso que por eso a muchos les parece de mal gusto que hables de ella, porque da mala suerte o la atraes, pero no es así. La muerte es algo natural, y es parte de la vida. Es tan solo el inicio de algo nuevo.
Con las personas que tienen mirada terrorífica hacía la muerte, confirme que a quien se resiste a aceptarla como una realidad, no tiene ningún sentido advertirlo. Por ello dejé de decirlo. Y a pesar de que no me creyeron, la muerte sucedió.
La muerte anunciada, doy fe, que, si usamos bien la información, puede servirnos para hacer cierres en asuntos que tengamos pendientes, como: pedir perdón, perdonar, agradecer, poner en orden asuntos emocionales, espirituales o legales, y ante todo aprovechar a vivir con una nueva consciencia los últimos días que nos queden por vivir, o le queden a esa persona que tanto amamos. Que me anunciaran la muerte de mi mamá con un mes de anticipación fue de gran utilidad. Tuve oportunidad de visitarla en la mañana y en la noche, de consentirla, amarla y procurar lo mejor para ella. Cuando ella falleció me quedé en paz y agradecida con Dios por haberme anunciado su muerte.
Tomando en cuenta todas esas experiencias relacionadas a la muerte por las que he pasado, tome más que convencida la decisión de adentrarme en este ejercicio creyendo que es verdad que me quedan 30 días de vida. Estoy comprometida a llevarlo a cabo hasta su máxima expresión, convenciéndome a mí misma del breve tiempo que me queda de vida. Hoy es 18 de marzo, voy en el tercer día de mi vida limitada, y sé decirte, que lo que lo que he experimentado hasta el momento, es increíblemente maravilloso.
Te invito a que estés pendiente la próxima semana de la II Parte de este blog, ahí compartiré contigo ¿de qué cosas me he hecho consciente? ¿Cómo me hace sentir eso? ¿Qué me gustaría hacer cada uno de los días de este mes que me quedan de vida? Y si he sentido temor, alegría, tristeza, odio, amor, rencor, angustia, etcétera. Ten paciencia, te contaré con detalle cómo he vivido al saber que me quedan pocos días de vida.
Mientras ese momento llega Tribu de almas conscientes, acá les dejo un fuerte y cariñoso abrazo a su alma.
Carolina Alcázar
