De pequeños, en un intento de animarnos, quienes nos educaron, nos enseñaron a minimizar lo que sentíamos a través de frases como: “no te preocupes”, “es hora de que lo superes”, “seguro no fue tan grave”, “estás exagerando”, “no veo ningún problema”, “no llores, no es para tanto”, “no estés triste, ya va a pasar”, “te vas a poner así por eso, hay cosas peores”, “ya es hora de que pases la página, tienes tanto por que agradecer”, o incluso “no deberías sentirse así” todas esas frases, tienen buenas intenciones, pero en el fondo invalidan los sentimientos que está experimentando la otra persona.
Cuando las personas significativas para nosotros no nos comprenden, sino que minimizan o incluso ignoran nuestros sentimientos, no solo nos generan dolor, sino que nos niegan el apoyo emocional que necesitamos, podemos llegar a sentirnos inadecuados e incluso llegar a dudar que nuestras emociones y sentimientos, creer que son irrelevantes y carecen de importancia, o a pensar que quizás la emoción que estamos sintiendo en esa situación es exagerada e inapropiada.
La invalidación emocional puede producirse de diferentes maneras. Algunas personas la utilizan intencionalmente para manipular a los demás ya que condicionan su cariño y atención a que el otro se someta. Otras invalidan emocionalmente a los demás sin darse cuenta. También hay quienes llegan al extremo de culpar a la persona por sentirse de determinada manera. Frases como “eres demasiado sensible”, “te lo tomas todo demasiado a pecho” o “le das demasiada importancia” son ejemplos de invalidación emocional en los que, quien busca comprensión y apoyo, solo recibe crítica y rechazo.
No prestar atención cuando una persona está hablando sobre un tema personal o restarle importancia con gestos o la actitud, también es otra manera de invalidar sus emociones. En muchas ocasiones, esos sentimientos pueden resultar demasiado abrumadores o simplemente desagradables, de manera que la persona los rechaza y, con ello, invalida a quien los experimenta.
¿Por qué las personas invalidan los sentimientos de los demás?
Porque no son capaces de procesar las emociones que el otro les está transmitiendo. En una sociedad que anima a pasar página rápidamente, en la que se rinde culto al hedonismo (al placer como fin o fundamento de vida) y se intenta esconder el sufrimiento porque genera demasiado malestar, no es extraño que muchas personas no sean capaces de gestionar sus propias emociones negativas y mucho menos puedan brindar validación emocional.
La validación emocional es un proceso mediante el cual aceptas tus propias experiencias emocionales o las de otra persona, sin restarle importancia ni negar su contexto. Implica ser capaces de ponernos en el lugar del otro, entenderle y experimentar sus sentimientos.
Conéctate al amor. ¿Te animas a empezar a validar tus emociones y la de los demás?
Carolina Alcázar
