Has escuchado o te han dicho ¿Prefieres ser feliz o tener la razón? La respuesta común suele ser prefiero ser feliz, pero la experiencia nos dice que las personas vivimos más en función de tener la razón que la de ser felices.
La propuesta de Martha Alicia Chávez es: “Reconoce la parte de verdad que hay en lo que dice la persona con la que estás discutiendo; siempre la hay. Y luego exprésale verbalmente ese reconocimiento, con algo como: “Tienes razón, no lo había visto de esa manera”. “Tienes razón, llegué tarde”. “Tienes razón, he estado de muy mal humor”, etc., según sea el caso. Y date cuenta de cómo cambia tu sentir y la actitud de la otra persona. Practicar esto nos permite desarrollar la madurez para asumir nuestros errores y otorgarle al otro el reconocimiento de sus aciertos y sus cualidades, lo cual a fin de cuentas nos beneficia a ambos. Sacrificar el propio bienestar y el de una relación por tener la razón, simplemente no vale la pena.
Caerle bien o caerle mal a los demás no es algo contra lo que podamos luchar. No existe en la tierra un ser humano que piense idéntico a nosotros. Estimar, apreciar, juzgar u opinar respecto a otros, es algo que seguiremos haciendo, nos guste la idea o no. Sólo tengamos en cuenta cuando juzguemos, que debemos hacerlo para cambiar nuestra propia vida no para que el otro se comporte según nosotros creemos debe hacerlo.
¿Cómo vivir en amor?
Hemos asumido erróneamente que la felicidad y sentirnos amados depende de lo que otros digan o hagan, probablemente porque nunca se nos dijo que ser feliz es un estado de ánimo que la persona experimenta cuando se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno. La felicidad se experimenta como un momento duradero de satisfacción, donde no hay necesidades que apremien, ni sufrimientos que atormenten.
Ahora bien, vivir desde el amor es darse la oportunidad de sentir lo que realmente sientes y no negarse ni el llanto, ni la risa, ni la caída, ni la remontada, ni el abrazo, ni el miedo, ni el desengaño, ni la alegría. Vivir desde el amor es dejar de sentirte siempre ridículo e insuficiente. Es perdonarse y perdonar. Es comprenderse y comprender.
Vivir en amor es dejar de buscar tener la razón, porque creo que no se pueden tener la razón y vivir en amor al mismo tiempo. Cuando buscas tener la razón solo sigues tu lógica e inventas cosas para demostrarte por qué “los demás están mal”.
Cuando estás en amor:
- Aceptas. A las personas y las circunstancias tal y como son.
- Te cuestionas sobre lo que es realmente importante para ti.
- Evolucionas. Haces cambios graduales, especialmente de conducta, de actitud, de ideas, etc.
- Entiendes que nadie es dueño de la verdad, ni siquiera tú.
Carolina Alcázar
