La vida nos presenta cada día un sinfín de oportunidades que nos permiten, si así lo
deseamos, hacernos conscientes de quién realmente somos. Ya lo han mencionado
filósofos, místicos y guías espirituales, no somos un cuerpo teniendo experiencias
espirituales, somos espíritu teniendo una experiencia corporal. He escuchado varias
definiciones espirituales de cómo se ha definido la humanidad; en lo personal me gusta
mucho como Eckart Tolle lo definió: Somos una expresión de la Consciencia universal.
Somos eternos, más allá del tiempo. Somos ese espacio que hay entre un pensamiento y
otro. Somos pura Consciencia. Al olvidar quién realmente somos, automáticamente nos
sentimos separados de Dios, creyendo que tenemos que hacer muchas cosas para merecer
su amor, pero no es así. Somos amor, somos su obra perfecta. Creerlo cambiara
radicalmente tu forma de estar en la vida y de relacionarte contigo misma y con los demás.
Si estás dispuesta a dejar de confundir tu identidad con la del personaje que busca el amor
afuera, este mensaje de amor de Esperanza Abadía es para ti.
Soy tu propio amor que te llama.
Sé que tu mayor anhelo ha sido encontrarme. Se que me has buscado desde siempre, más
¿por qué te empeñas en buscarme justamente donde jamás podrás hallarme?
Se también que has escuchado la falsa voz en ti, una voz aprendida y programada por un
mundo que desconoce lo que significa el amor; una voz que te dice que careces de amor y
que lo necesitas, y así justifica tu continúa búsqueda en innumerables formas, que crees
podrán llenar este vacío esencial que surge de negar tu ser.
Confundes tu identidad con la del personaje que busca incesantemente, un títere que
inventaste desde el miedo para acomodarse al sueño del mundo, ese oscuro personaje hecho
de polvo, que oculta tu luz, pensando siempre que la causa de tu dolor está en algo externo
a ti.
Soy tu propio amor que te llama, puedes ignorar mi voz, puedes negarla u obstruirla,
porque este mundo está hecho para que me olvides, pero jamás podrás perderla, porque soy
tu propia voz, y lo que te niegas a darme, te lo niegas a ti misma. Soy lo único permanente
en tu vida, no tengo ego, no tengo ambición porque soy tu propia plenitud y sé ciertamente
que no carezco de nada.
Es tiempo de emprender lo que tu corazón anhela, y esto es regresar a ti misma. Y seguirás
buscando hasta que comprendas, que no existe un estado mejor en el que podrías estar, que
abrazando enteramente a tu amoroso ser. Cuando lo hagas, entenderás que no te hace falta
nada, que no estás aquí para obtener nada del mundo, sino para disfrutar la dicha de dar
desde esa plenitud. Sé que en algunos lúcidos instantes has vivenciado esta experiencia,
que luego negaste llena de miedo, al sentir su tremenda fuerza brillando, creciendo dentro
de ti.
Soy el amor, la misma esencia de la vida que tú eres, la esencia del todo es en unidad, por
tanto, no necesitas nada más que reconocerte en mí, y ¿sabes? Nada más te puede hacer
feliz. Soy yo quien te brinda la única respuesta cierta, la liberación de todas tus ideas de
limitación, separación, escasez.
Cuando crees que las acciones de otros te causan dolor, es tan solo el resultado de percibir
esta acción como ausente de amor, más si la miras tan solo como una petición de amor,
siempre podrás sanar cada herida con el único remedio que nunca falla. Pues de la misma
manera que la falta de amor fue una idea que te enseñaste a ti misma, ahora puedes
deshacer lo falso de esta premisa y reconocer que eres amor, y solo así podrás integrar una
visión completa, satisfactoria de todas las cosas, en intercambio por todos los substitutos de
felicidad que inventaste, de todos lo juicios que emitiste al creer que sabías cómo debería
ser este mundo, desde tu idea de separación y carencia.
Es hora de que sepas que puedes llenar con tu propio amor cada vacío que tu misma
fabricaste en tu interior, por no reconocer mi ser. En la humildad de reconocer que no
sabes, abres tu mente al reconocimiento del verdadero propósito, y permites que tus errores
sean corregidos, y solo así puedes sanar tu atracción por la culpabilidad, y su consecuencia,
la búsqueda inconsciente de castigo, dolor y sufrimiento.
Ya no permitas que el miedo te saque del presente, ya no apoyes más juicios en tu contra,
borra cada pensamiento de indignidad y quédate tan solo con la verdad de tu Ser, la verdad
limpia y pura de tu perfecta inocencia y de tu plenitud; y cada pensamiento de dolor,
separación y muerte, deposítalo en el altar de tu mente perdonada y ama sin excepción, que
es lo que juntos podemos hacer para salvar este mundo.
Esta decisión más divina que humana, la tomarás cuando sientas que ya has sufrido
suficiente, y porque en lo más profundo de tu ser sabes que ella te brindará la liberación de
todas las ilusiones a las que entregaste tu poder, desde tu creencia en la separación.
Te espero entre tanto aquí dentro de ti. Y te amo desde siempre y hasta siempre.
Carolina Alcázar