¿Qué es la serotonina, cuál es su función y dónde se produce?
La serotonina es una sustancia que usan los nervios para enviarse mensajes entre sí. Funciona como neurotransmisor y vasoconstrictor (sustancia que hace que los vasos sanguíneos se estrechen). El sistema digestivo es una rica fuente de serotonina, alrededor del 90% de la serotonina total se produce allí. Esta se sintetiza principalmente en las células ubicadas en todo el tubo digestivo y abundan en el intestino grueso, tanto en el epitelio como en la parte glandular.
¿Cuál es el papel de la serotonina en las emociones?
La serotonina está involucrada en la regulación de nuestras emociones y en la conducta, se cree que una concentración baja de serotonina es causa de depresión y hasta de los comportamientos agresivos. También regula las actitudes de dominancia en todos los animales. Sus funciones se han conservado a lo largo de la evolución.
¿Cómo puedo saber si tengo la serotonina baja?
Los niveles bajos de serotonina en el cuerpo, se asocian a: depresión, fatiga, actitud negativa, irritabilidad, cambios de humor, difícil control de la ira, insomnio, dificultad en la concentración, ansiedad, labilidad emocional, necesidad de sentir satisfacción (es decir, deseo sexual) etc. ¿Cómo estás en relación a esas situaciones o comportamientos?
¿Qué enfermedades causa la falta de serotonina?
Tener los niveles de serotonina por debajo de lo normal se asocia a enfermedades mentales, como el autismo, la esquizofrenia, hiperactividad, depresión (estreñimiento), ansiedad (diarrea, náuseas, vómitos), TOC (trastorno obsesivo compulsivo), agresividad, insomnio, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, estrés, fobia social, alexitimia (dificultad para expresar e identificar emociones), distimia (estado anímico depresivo durante años).
Recomendaciones para recuperar y aumentar la serotonina perdida.
Intentar disminuir los niveles de estrés, (meditando y haciendo uso de técnicas de respiración consciente). Evitar el consumo de carbohidratos simples (leche y sus derivados, azúcares procesados y refinados como los dulces, el azúcar común, los almíbares y las gaseosas. Aumentar el consumo de omega-3 (pescado y mariscos, en especial, pescados grasos de agua fría, como salmón, caballa, atún, arenques, y sardinas). Nueces y semillas (como semillas de linaza, de chía y nueces negras). Aceites de plantas (como aceite de linaza, aceite de soja (soya) y aceite de canola). Evitar el consumo de café y bebidas estimulantes. Realizar ejercicio físico. Ir a lugares con sol y mucha luz. Dormir al menos 7 horas, idealmente 8. Desintoxicar. Comer más despacio. Beber agua antes o después de las comidas, no durante. Evitar frituras, alcohol, cafeína, tabaco.
Ahora que ya lo sabes, ¿qué estás dispuesto a hacer por tu salud integral?
Carolina Alcázar