Durante muchos años desconocí el vínculo íntimo o relación que existe entre lo que pensamos, decimos, la forma en que nos comportamos y las declaraciones que hacemos. Visto a la distancia puedo reconocer todo el sufrimiento al que me expuse a mí misma de forma innecesaria por ignorarlo.
Cuando era niña, no sabía sobre el efecto tan profundo que tenían los estímulos externos en mis emociones y la forma en que me llevarían a responder o a adaptarme ante lo que me sucedía. Hoy sé que todo lo que siento está relacionado con lo que estoy pensando respecto a lo que sucedió o está sucediendo y, por lo tanto, puedo reaccionar o responder. Vale la pena aclarar que estas dos acciones son dos cosas distintas.
Reaccionar supone dar una respuesta impulsiva ante una situación, sin que medie la reflexión. Reaccionamos, a veces, porque nos sentimos amenazados y no nos paramos a ver qué sentimos, a ver cómo se manifiestan las emociones, a valorar qué hacer. Responder supone pararnos, observar y ELEGIR nuestro modo de actuar.
Cuando optamos por responder, en lugar de reaccionar en nuestras relaciones con otras personas, debemos escuchar mucho más de lo que hablamos.
El lenguaje que esconde una emoción.
El lenguaje, es una cualidad muy importante del ser humano gracias al cual se comunica, conoce su pasado, puede analizar, interpretar y comprender su presente y, consiguientemente, proyectarse hacia el futuro como individuo y ser social. Tanto influye la emoción en el lenguaje que a veces, incluso, impide que la conversación tenga lugar. Ser eficaz en nuestras conversaciones pasa por aumentar nuestra conciencia sobre cómo hablamos, y desde qué emoción lo hacemos. Las emociones tienen un lenguaje, una forma de comunicarse con nosotros y con los demás, que debemos escuchar y comprender si queremos mejorar nuestra inteligencia emocional y, en definitiva, nuestro bienestar y nuestra felicidad, y de las personas con las que nos relacionamos.
Comunicación intrapersonal.
La comunicación intrapersonal se puede dar incluso en voz alta o a través de diálogos internos. Es un tipo de comunicación difícil de evitar y se caracteriza por ser aquella que una misma persona lleva a cabo. Consiste en los análisis en los que incluimos todo aquello que escuchamos, leemos o repetimos. Es a través de este tipo de comunicación que nos conectamos con nuestra consciencia, reflexionamos, nos damos ánimos o nos calmamos.
Ventajas de la comunicación interpersonal asertiva.
- Facilita la reflexión profunda y el autoconocimiento.
- Contribuye al desarrollo de habilidades y modificación del comportamiento.
- Mejora las habilidades de autocontrol y automotivación personal.
Cuando hacemos declaraciones no hablamos acerca del mundo, sino que generamos un nuevo mundo para nosotros. Al declarar aseguramos o damos por cierto algo, pero pasamos por alto que únicamente hacemos descripciones de nuestra observación, no de la realidad. Psicológicamente hablando: Las palabras que pronunciamos hoy están creando nuestro porvenir. Se dice que el pensamiento crea, que el verbo (la palabra) manifiesta. Por lo tanto, cuida tus pensamientos. Pon filtro o un guardián en tu mente o serás esclavo de tus reacciones.
La siguiente declaración, aunque parece sencilla, está cargada de fuerza, esa fuerza que ayuda a recobrar nuestro poder interno y nos conecta con el amor propio para hablar con nuestro niño interior. Quizás fueron estás las palabras, que cuando éramos pequeños, queríamos escuchar de nuestros padres o cuidadores. Recuerda, no nos sirve de nada darle vueltas a lo que hicieron o dejaron de hacer.
Declaración a tu niña interior, repite en voz alta:
Hoy yo soy tu adulta.
Hoy yo te cuido.
Hoy yo te protejo.
Hoy yo estoy a cargo.
Carolina Alcázar
