Más allá de las circunstancias que nos sucedieron en la infancia y la adolescencia, como personas adultas, es nuestra responsabilidad suplir y darnos a nosotras mismas, todo aquello que interpretamos nos fue negado o arrebatado. Seguir quejándonos de lo que nos tocó experimentar en el pasado, nos mantiene en la energía infantil del reclamo, la queja, y la exigencia.
¿Qué es el amor propio? Es la aceptación, el respeto, las percepciones, el valor, los pensamientos positivos y consideraciones que tenemos hacía nosotras mismas y que puede ser apreciado por quienes nos rodean.
El camino más corto al amor propio es conocerte.
El autoconocimiento es el acto de encontrarnos y conocernos de manera profunda a nosotras mismas, a nuestras emociones, nuestras virtudes y defectos, nuestros problemas y el contexto en el que nos hallamos. Dicho de otra forma, al saber ¿qué pensamos? ¿qué sentimos? ¿qué necesitamos? avanzaremos hacía el amor propio y eso nos permitirá enfrentar nuestras limitaciones.
Plantearte las siguientes preguntas pueden ayudarte a evaluar cómo estás amándote:
- ¿Cómo es tu voluntad o capacidad para quererte, para decidir con libertad lo que deseas o no? De tu capacidad de hacer las cosas de manera intencionada, depende qué tipo de amor tienes hacía ti misma.
- ¿Eres tú peor juez o verdugo? ¿Qué significa para ti fracasar o equivocarte? ¿Te perdonas o te castigas cuando eso sucede?
- ¿Revisa la calidad de pensamientos que tienes? Las conversaciones que sostienes contigo misma hace que se te suba o baje el amor propio.
- ¿Reconoces tus logros?
- ¿Respetas y cumples tu palabra? Es difícil armar una nueva estructura de amor propio si todo el tiempo te estás mintiendo a ti misma.
- ¿Quieres quedar bien con todos? Te preocupa más quedar bien con todos ellos que quedar bien contigo misma.
- ¿Qué te gusta a ti y de ti? Recuerda lo que te gusta hacer y hazlo.
- ¿Te gusta pasar tiempo contigo misma a solas? Dedícate tiempo.
- ¿Puedes anteponer tus necesidades a la de los demás? Cada vez que antepones las necesidades de otros a las tuyas, te estás fallando.
- ¿Eres una persona de cambios y acciones o eres una persona de culpas y justificaciones?
- ¿Te sabes y sientes valiosa y merecedora o esperas constantemente el reconocimiento externo?
- ¿Buscas que sientan lastima por ti?
- ¿Tienes miedo a la vulnerabilidad?
Acciones que te llevan al amor propio
- Ábrete al amor, suelta el miedo. Suelta las máscaras que utilizaste como sistemas de defensa para protegerte del mundo que percibías hostil.
- Deja de estar a la defensiva. Estar a la defensiva te quita energía y construye muros que evitan que la gente tenga acceso a nuestro ser, nuestra esencia. Los muros impiden que demos y recibamos amor.
- Deja de criticarte. Parte desde un lugar donde estas a gusto con quién eres. Criticarte nunca cambia nada, acéptate tal y como eres.
- Date espacio, para sentir lo que sea que estés sintiendo. No existen emociones positivas o negativas. No la minimices ni la ignores. Permítete experimentarla así tal cual surge.
- Recurre al silencio. Escúchate. Escribe sobre lo que te enoja, te da miedo, te entristece, te hace llenarte de expectativas o amargura. La escritura terapéutica consiste esencialmente en escribir de manera libre sobre aquello que te ha ocurrido. Julia Cameron propone lo hagas durante 8 semanas. No te detengas a calificar tu redacción, ortografía o puntuación. Podrás leer lo que has escrito hasta que hayan transcurrido las 8 semanas. Te sorprenderá lo que podrás descubrir ahí sobre ti.
- Se agradable, amable y paciente contigo misma. Muchos hemos sido presa fácil del perfeccionismo y no nos damos tiempo para aprender algo nuevo, asumimos que, si no lo hacemos bien en los primeros tres minutos, somos malos para ello y nos negamos la oportunidad de ir despacio y aprender. Necesitamos practicar, practicar, practicar un poquito más cada día. Durante el aprendizaje, está bien cometer errores, está bien sentir incomodidad.
- Pregúntales a tres personas cercanas a ti que cualidades ven en ti. Léelas cada mañana para reforzar tu amor propio.
Si no hay amor, no hay nada.
Carolina Alcázar