«Nadie que se proponga alcanzar la verdad, puede fracasar.» – Un curso de milagros.
De unos años para acá, he sentido la curiosidad de saber dónde o cómo surgió en el ser humano la necesidad de mentir. Y aunque sentía curiosidad por saber, no pasaba a la acción. Hasta que finalmente empecé a hacer algunas investigaciones y me cautivo aprender del efecto que tiene la mentira en el desarrollo de las personas, en todos los ambientes de su vida.
Y aunque no existe una persona que jamás diga mentiras, es importante saber cuándo y por qué mentimos, al menos a mí me lo parece.
¿A qué edad comenzamos a mentir?
Las personas desarrollamos la capacidad de mentir alrededor de los 5 años de edad, porque a esa edad ya comprendemos que lo que sabemos y percibimos, puede ser diferente de lo que perciben y saben los demás, eso nos hace capaces de manipular la información. Antes de esa edad creemos que lo que sabemos y nuestros pensamientos son compartidos por todo el mundo por lo que el concepto de mentira no tiene cabida.
¿Por qué mentimos?
El uso de la mentira desde el punto de vista biológico esta visto como mecanismo de supervivencia. Nuestra naturaleza nos empuja a evitar castigos, por lo tanto, mentir, nos permite zafarnos de ellos.
La mentira forma parte de nuestras vidas y podemos hacerlo por diferentes motivos o razones:
- Por imitación.
- Para llamar la atención.
- Para cubrir otras mentiras.
- Por inseguridad o baja autoestima.
- Para obtener beneficios, como premios o gratificaciones.
- Porque nos ha pasado algo malo o vergonzoso, y buscamos mantenerlo oculto, inventamos una historia diferente que nos haga sentir mejor.
- Para evitar consecuencias negativas como: un enfado, una responsabilidad, una obligación o una situación vergonzosa.
- Para conseguir algo de otra persona apelando a sus sentimientos, ya sea a la culpabilidad o a la pena.
- Se inventa mentiras sobre otras personas, para minar su credibilidad y su reputación como forma de venganza.
- Porque engañar permite conseguir lo que queremos mediante la manipulación: poder, estatus, dinero, sexo.
- Existen también las mentiras piadosas: tienen como objetivo evitar fricciones innecesarias, secuelas o actitudes que pueden ser desagradables para alguien.
¿Qué consecuencias tiene la mentira?
Cuando la mentira forma parte de nuestra manera de interactuar con los demás, genera una serie de consecuencias:
Ansiedad: 1- Por temor a que nos descubran en nuestras mentiras. 2- Porque recordar las mentiras requiere mucha energía mental.
Aislamiento: El temor a ser descubierto hace que nuestra manera de interactuar con los demás cambie, nos aislamos y nos distanciamos.
Tendencia a seguir mintiendo: Cuanto más mentimos, menos nos cuesta mentir. Esta es la razón: Cuando mentimos reacciona el sistema límbico, que es donde se producen las emociones en nuestro cerebro. Al emitir una mentira, el sistema límbico se estimula y genera una emoción de remordimiento y culpabilidad. A medida que vamos incurriendo en más y más mentiras, vamos perdiendo la capacidad de sentir remordimiento o culpabilidad, hasta llegar a convertir la mentira en una adicción.
“Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Joseph Goebbels
¿Qué es la mitomanía?
Es un trastorno del comportamiento humano. La persona que lo padece es adicta a mentir.
¿Cómo actúa un mentiroso?
Observa estas señales en su comportamiento:
- No te mira a los ojos.
- Utiliza demasiadas palabras.
- Su lenguaje corporal o facial contradice su mensaje verbal.
- Aprieta los labios.
- Se tapa la boca.
- Levanta ligeramente los hombros.
- Mueve la cabeza en movimiento de negación, mientras afirma algo.
- Muchos mentirosos suelen mostrarse muy colaborativos porque de esa manera consideran que los demás creerán en ellos.
- El mentiroso cuando se ve descubierto se enfada o se hace la víctima, desviando así la atención de la mentira y proyectándola hacia el enfado o la tristeza.
¿Qué hacer cuando te mienten?
- No juzgues ninguna emoción que este emergiendo dentro de ti a consecuencia de lo que esta sucediéndote. Es totalmente valido sentir enojo o tristeza cuando descubres que te han mentido. Aunque te sientas confundida por la actitud de la otra persona, no resistas lo que estás sintiendo. Date permiso a sentir tu emoción. Tu malestar es temporal. Lo que te hace sufrir es lo que te dices al respecto.
- Las emociones están a nuestro servicio. Clasificarlas de buenas o malas, hace que peleemos con el mensajero e impide que podamos aprovechar el mensaje que traen.
- Aprender a gestionar nuestras emociones, afecta positivamente nuestro cerebro, aumenta nuestra conciencia, atención y memoria.
- No te castigues con el “si hubiera” …el auto reproche surge de imaginar que pudiste haber hecho las cosas de otra manera o de asumir que debían haber sido distintas. El si hubiera, equivale a maltratarte más a ti misma. No lo hagas.
- No te tomes personal las mentiras de los demás. Las personas que mienten lo hacen desde el miedo a no encajar, a perder algo, a ser castigadas o rechazadas. Si quien miente necesita de esa acción, para salirse con la suya, esa es una limitación de la otra persona y no tuya. No es que te quiera mentir a ti, es que es un recurso que aprendió para conseguir cosas.
- Puedes, si lo necesitas, o te sirve para realizar tu cierre, ir con esa persona y aclarar por qué necesita una mentira contigo y decidir qué hacer después de escucharle.
- Este punto, si tiene que ver con nosotros. Y es el revisar, si nos sentimos constantemente traicionadas. Si es algo que se repite y se repite en nuestra vida, y nos traicionan con frecuencia, entonces tiene que ver con nosotras. Estamos atrayendo ese tipo de personas desde una herida de traición que no nos hemos dado cuenta que tenemos. Buscar ayuda para resolver nuestra herida será una buena opción.
«Si quieres conocer la verdad, toma lo que te han enseñado en la vida y dale la vuelta, inviértelo, solo entonces tendrás un atisbo de la verdad o realidad.» – Un curso de milagros.
Carolina Alcázar
