Los pactos son invisibles, inconscientes, profundos.
Un pacto del alma es el acto por el cual dos personas coinciden por diferentes motivos:
- Por lealtad a nuestra familia, o porque tenemos que resolver algún asunto no resuelto por nuestros ancestros.
- Para descubrir puntos ciegos de nuestra propia personalidad, para sanarla.
- Para recordarnos mutuamente nuestros dones espirituales.
- Para crear un salto evolutivo: Sanar. Para llevarnos a más sabiduría. Para abrir la mente a más aprendizaje, a más amor. Dicho de otra forma, un pacto del alma nos mueve, nos transforma y nos devuelve a nosotros mismos.
Existen tres tipos de pactos del alma: 1- Los que nos ayudan a cambiar de rumbo. 2- Los que nos ayudan a integrar nuestra sombra. 3- Los que nos ayudan a abrir el corazón.
- Pactos para cambiar de rumbo: Son aquellas personas que están puntualmente en nuestra vida por minutos, días u horas, en un momento dado o debido a un accidente y luego no los volvemos a ver. También puede ser el encuentro entre víctima y perpetrador: cuando coincides con alguien que te hace daño o cuando tú le haces daño a otra persona. En unos casos puedes ser la víctima, y en otros casos, puedes ser tú el perpetrador. Cualquiera que sea la forma, ese tipo de encuentro nos ayuda a darnos cuenta que estamos perdidos teniendo una vida que no está en sintonía con nuestro verdadero propósito del alma. Estos encuentros son una oportunidad para liberar la fuerza que encierra nuestra alma.
- Pactos de integración de la sombra: Ocurren cuando coincidimos con personas que están en nuestra vida durante un proceso de meses o años: parejas, amigos, maestros, facilitadores, terapeutas, socios, vecinos, compañeros de trabajo, autoridades, etc. Todos son encuentros programados por nuestra alma. A través de ellos nos vamos a dar cuenta de aquellos aspectos que más nos cuesta ver o reconocer de nosotros mismos, sobre todo aquellos aspectos que nos desagradan (sombra) y que no queremos prestarles atención y los escondemos hacía nosotros, pero también a los demás. Nos dan la oportunidad de conocernos mejor a nosotros mismos y amarnos como somos, con la sombra incluida. Estos encuentros son para liberar la sabiduría que encierra nuestra alma.
- Pactos para abrir el corazón: En este caso las personas están de forma permanente en nuestra vida. Están siempre: nuestra familia, nuestros ancestros, estén vivos o no. Todos nos antecedieron y viven dentro de nosotros permanentemente porque somos el resultado de ellos. Gracias a los vínculos profundos e invisibles que tenemos con todos y cada uno de los miembros de nuestra familia abrimos el corazón. Es decir que cuando aceptamos el origen del cual venimos, abrimos el corazón a nuestras raíces y a lo que nos quiera traer la vida. Los vínculos con nuestra familia son una oportunidad para liberar la paz que encierra nuestra alma.
Nuestra alma encierra sabiduría, paz y fuerza, y gracias a la activación de estos pactos las liberamos. Toma en cuenta que el reino del alma no existe la moral (personas buenas, personas malas). Desde la mirada del alma estamos todos mutuamente al servicio unos de otros. Al servicio del destino colectivo.
Lo que finalmente buscamos desde el alma es:
- Subir la vibración del planeta.
- La reconciliación constante entre el pasado, el presente y el futuro (todo el daño que nos hemos hecho los seres humanos).
Si esta información te pareció útil, te invito a que la próxima vez que coincidas con alguien por primera vez, recuerdes darle las gracias a tu alma, y revisar el motivo o pacto que les unió.
Carolina Alcázar
