Feliz y bendecido año 2024 Tribu de almas conscientes. El deseo de mi corazón es que en el transcurso del año puedan ver realizados los anhelos más profundos de su corazón.
Se habrán dado cuenta que cada vez que el año recién empieza muchos hablan sobre sus propósitos de Año Nuevo. Los propósitos más comunes suelen ser: Bajar de peso. Ahorrar. Pagar sus deudas. Ir al gimnasio o empezar a tener un poco más de actividad física. Comer más sano. Entrar a la Universidad o concluir los estudios. Aprender un nuevo idioma. Mejorar el carácter o la relación que se tiene con los hijos, la pareja o los papás. Enumero los propósitos que es más común escucharle a la gente decir. Por eso hoy deseo compartir contigo una forma más amorosa en la consecución de tus metas personales.
Este aprendizaje lo tuve escuchando a Anita Moorjani, me encantó la propuesta que hizo respecto a las resoluciones o propósitos de Año Nuevo, ella dijo: “No creo en otra resolución que no sea amarme más. Si haces del amarte más a ti misma tu propósito, cualquier otra meta que desees alcanzar vendrá de ahí, de amarte más a ti.
Los propósitos que se hacen en Año Nuevo en muchas no suelen durar el entusiasmo por alcanzar su objetivo porque sucede que metas que las personas se proponen vienen de un lugar o sentimiento de carencia, se dicen o piensan cosas como: “no soy lo suficientemente buena, no soy lo suficientemente bonita, no soy lo suficientemente espiritual, no soy lo suficientemente inteligente, etc.”
A lo que agregó, cuando tu propósito viene de la carencia no viene de la compasión, viene de un espacio de crítica y juicio interno por sentir y considerar que algo no está bien en ti. Y cuando fallas en el logro de lo que te propusiste alcanzar, te castigas o regañas. Convirtiéndose en un círculo vicioso del que a menos que te hagas consciente de ello, no logras salir de él.
Cuando tus propósitos vienen de amarte más, las preguntas que te propongo te hagas son: ¿Cómo puedo amarme más? ¿Qué acciones debo llevar a cabo que me lleven a comer más sano? O a dejar de postergar la actividad física. A dejar de gastar en cosas que no necesito. A dejar de meterme en la vida de los demás.
La pregunta de oro es: ¿Qué puedo hacer para demostrarme más amor a mí misma?
En mi caso elegí hacerme plantearme la siguiente pregunta: ¿Qué puedo hacer para conectarme más con mi intuición para poder escuchar más a Dios? Lo que mi intuición respondió fue: Orar más. Meditar más. Guardar más silencio. Observarte más para poder conocerte de una manera más profunda. Escuchar al prójimo de manera generosa. Enjuiciarte menos. Aceptar más.
Cada cosa que escuché como respuesta resonó muchísimo en mí corazón, pero de eso te platicaré en uno de los episodios de A solas con Carolina, al cual te invito a que te suscribas y puedas acompañarme durante mi proceso de transformación para poder sanar juntas.
Carolina Alcázar
