En la vida lo único constante es el cambio. Cerrarnos a él es cerrarnos a la vida. Más allá de la edad que tengas, habrás notado ya que todo cambia, nada permanece igual. Eso incluye tu cuerpo, tu forma de pensar, el trabajo, la casa, las relaciones y circunstancias de la vida. En general, cualquier cambio produce incertidumbre porque implica una modificación en las circunstancias de nuestro entorno al que ya estamos acostumbrados, y la incertidumbre genera miedo, al menos al principio, hasta que nos familiaricemos con la nueva situación.
Aferrarte a las mismas personas y resultados puede estar ligado a tres conceptos:
- El miedo a decepcionar y la incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir. En algunas ocasiones el miedo puede hacer que nos paralicemos y en otras puede llevarnos a actuar impulsivamente. Todo depende del temperamento, carácter y voluntad de cada persona.
Te invito a que te cuestiones sobre ¿Qué es lo peor que puede suceder si te equivocas cuando eliges cambiar? ¿Cuáles son tus mayores miedos, culpas, vergüenzas? ¿Crees en ti? ¿Cuánto te ha costado que te quieran y pertenecer? ¿Tienes miedo a sentir miedo, a no ser capaz, a no tener determinación, a no comprometerte, a lo que opinen de ti? En tus respuestas descubrirás cuánto miedo al cambio tienes. Es a través del auto conocimiento que posibilitaras introducir modificaciones en ti y en cómo percibes el mundo. Lo que a mí me ha servido: Permitirme expresar mi dolor. No culpabilizarme más por mis fallos o errores. Aceptar la realidad tal y como es. Rodearme de personas que me hacen sentir bien. Dejarme sorprender por el infinito mundo de posibilidades.
- Incapacidad para disfrutar del presente. De las cosas que más nos dificulta vivir en el presente es la intolerancia a la incertidumbre y el no soltar el juicio a lo que paso y a los que lo integraron. Cuando no somos capaces de fluir con los acontecimientos de nuestra vida, surge en nosotros una necesidad de controlar el futuro. Algo que es totalmente imposible. Enfócate en lo importante. Conéctate con lo que sientes. Vincúlate con otros. Cubre tus necesidades. Deja de quejarte. Agradece. Actúa.
La gratitud y la capacidad de disfrutar del presente están íntimamente ligadas. Agradecer, es detenerse para darse cuenta y valorar las cosas que solemos dar por sentadas: tener donde vivir, tener comida, agua limpia, electricidad, salud, amigos, familia, trabajo, etc. Agradece y saborea tus experiencias, bendicelas, compártelas.
- Indisposición para recibir con alegría y curiosidad lo que está por llegar. Pensar en el futuro en justa medida es bueno, nos permite diseñar, planificar, preparar, tomar decisiones y dar forma al porvenir, aunque eso no significa que los resultados van a coincidir con nuestras expectativas. El no tener certeza sobre el desenlace genera inseguridad, ansiedad, falta de confianza, incluso miedo, porque creemos que van a pasar cosas malas. Mi invitación hoy es que miremos hacia el futuro con curiosidad. La curiosidad involucra la búsqueda de información, conocimientos y experiencias nuevas. Nos invita a estar en la pregunta en lugar de buscando respuestas. Ante un momento de incertidumbre pregúntate: ¿Qué es esto? ¿Qué hago con esto? ¿Lo puedo cambiar? ¿Es mío o de alguien más? Si es mío ¿cómo lo puedo cambiar? Acciona.
Carolina Alcázar
