Es imposible conocer nuestra perfección si no somos capaces de verla en los demás.
La importancia que tienen las relaciones con los demás es porque sirven para conocerse uno a sí mismo y eso es vital. No podemos saber quienes somos si no es a través de los demás. Es clave, tomar consciencia de que siempre nos estamos proyectando; si no tomamos consciencia de eso, caemos en la trampa de creer que nuestras percepciones son verdaderas, esto significa que estamos viendo el mundo no como realmente es, sino como nosotros somos. En realidad, estamos viendo los programas que tenemos en el inconsciente, por ello no vemos las cosas como son, vemos las cosas como nosotros somos. Eso distorsiona total y radicalmente la realidad. Esto me hace recordar el refrán que dice: “Cada uno habla de la fiesta según le fue en ella”.
Nuestro ego nos manipula mediante la culpabilidad, esto nos impide realizar cambios en nuestra vida porque no nos damos cuenta que esos bloqueos internos que distorsionan la realidad, tienen que ver con las creencias, los valores y la cultura que nos han introyectado desde muy pequeños, y que vienen con esa inconsciencia familiar. También nos impiden tomar consciencia de lo hipócritas que llegamos a ser, porque siempre hacemos cosas que no queremos hacer o no hacemos cosas que, si queremos hacer, todo ello en aras de ser aceptados, amados y pertenecer. Dice Un Curso de Milagros, UCDM, que debemos tomar consciencia de la inutilidad del sacrificio y del sufrimiento ya que ambos forman parte del ego y el día de mañana se van a convertir en nuestro amargo resentimiento.
Partimos de las relaciones especiales para llegar a las relaciones santas.
Cualquier relación interpersonal en la que nosotros estemos involucrados emocionalmente es porque nuestra información que estamos proyectando en la otra persona, resuena como una atracción o un rechazo, pero definitivamente ambas tienen que ver con nosotros. Puede ser nuestro jefe, nuestros padres, esposo, hijos, amigos, amante, en definitiva, todas aquellas personas que aparecen en nuestra vida, siempre tienen que ver con nosotros y no están en nuestra vida para fastidiarnos sino para que tomemos consciencia de qué es aquello que tenemos que aprender o desarrollar: el perdón, la paciencia, la compasión, etc.
Aprendamos a ver las diferencias con los demás, como algo interesante.
Cuando pedimos algo a Dios, o a la vida, no podemos pedir que algo sea modificado en los demás porque no sabemos qué es lo mejor para ellos. Lo único que podemos pedir es querer ver lo que está sucediendo de otra manera, y revisar concienzudamente en nuestro interior ¿qué es eso que estamos viendo en los demás que tanto nos molesta? Y hacernos cargo de ello.
Hay una energía universal que lo sostiene todo y se esta manifestando de una y mil maneras en el mundo dual, y no es otra cosa sino el creer que estamos separados. UCDM nos recuerda: “Yo siempre te hablare a través de tu hermano”. La respuesta que te dé, dependerá de cómo tú consideres a tu hermano”. Una de las cosas que nos tiene atrapados en el mundo de las relaciones especiales es la creencia en el pecado versus la culpabilidad y estás no pueden existir una sin la otra.
Las relaciones especiales según UCDM Un curso de Milagros es que vemos diferencias entre nosotros y los demás y pensamos que los otros tienen aquello que nos hace falta, entonces empezamos a hacer cosas para gustarles y de esa forma creemos o sentimos que no los vamos a perder. Cuando realmente nos damos cuenta de que el otro lleva la misma información que nosotros, pero no somos conscientes de ello, y que están delante de nosotros, automáticamente aparece el concepto de culpabilidad, de pecado y de victimismo, y aquí nace la relación santa y se basa en que cada uno mira dentro de sí mismo y no mira ninguna insuficiencia, y la que podamos ver, es la información que hay en nuestro inconsciente y la tenemos que proyectar fuera para que podamos verla y darnos cuenta de qué eso que no nos gusta, es lo que tenemos que integrar para que sanemos nuestra mente que es lo que en realidad UCDM pretende, sanar nuestra mente a través de la integración de lo que vemos afuera como pecado, lo veamos como proyección hasta darnos cuenta que en realidad lo que vemos fuera es lo que tenemos que integrar en nosotros.
Cuando empezamos a ver las cosas de esa manera y empezamos a hacer esa inversión de pensamiento, entonces empezamos a darnos cuenta de que no vemos las cosas como son sino como realmente somos. El mensaje de la relación santa es: al negar lo que realmente eres, hijo de Dios, y al estar convencido de que eres otra cosa, tu identidad, se ha convertido en tus ojos, en tu percepción. Ves las cosas en función de tu percepción, o de aquello que tu crees que eres. UCDM dice: Declara quién eres y pide tu herencia.
Respecto al pecado UCDM dice que no podemos condenar a alguien afuera si previamente no nos hemos condenado a nosotros mismos. Si hay algo que nos molesta afuera, es porque hay algo que hemos considerado en nosotros consciente, o inconscientemente que no está bien o que eso está muy mal.
En conclusión, solos no podemos hacer nada.
Como mencione anteriormente, la forma en que vemos a los demás, es una proyección de cómo nos vemos a nosotros mismos. Si te ves como inferior o superior a los demás, te desconectas del poder de la intención. Cuando te mueves en niveles de energías positivas las personas y las cosas correctas empiezan a aparecer en tu vida como por arte de magia.
Poema de Rumi
Naciste con potencial.
Naciste con bondad y confianza.
Naciste con ideales y sueños.
Naciste con grandeza.
Naciste con alas.
No estás supuesto a arrastrarte, entonces no lo hagas.
Tienes alas.
Aprende a usarlas y vuela.
Carolina Alcázar