En este blog deseo compartir contigo, algunos de los aprendizajes que ha traído a mi vida el valorar y agradecer lo que soy, lo que hago y lo que tengo. Dejar de sentir carencia me permitió darme cuenta de cuanta abundancia hay en mi vida. Soy abundante en salud, en relaciones, en amor, en trabajo. La abundancia, es ese estado del Ser en el que tu Vida es Abundante y no te falta de nada.
Mi trabajo me ha permitido ser bendecida a través de las oportunidades que he tenido de aprender a través de experiencias ajenas. El refrán reza: “El sabio aprende de los errores de los demás, y el necio aprende de sus propios errores. Me queda claro que no es necesario sufrir ni escarmentar en piel propia cuando se puede aprender de las experiencias de vida de otras personas.
Durante el tiempo que estuvo al aire Carolina la mujer de hoy en la radio, tuve en varias ocasiones, la oportunidad de entrevistar y conversar con algunas personas que a pesar de las circunstancias dolorosas que habían experimentado en su vida: parálisis, ceguera, amputación de extremidades, habían podido vivir su proceso doloroso de una mejor manera gracias a la gratitud. Si, así como lo lees, todos ellos daban por sobre todas las cosas gracias por seguir vivos.
A continuación, te presento un breve resumen de lo que de ellos aprendí:
- Juan, quién quedo cuadripléjico, me enseñó que vivir cada uno de sus procesos de duelo fue importantísimo porque pudo pasar cada una de las etapas sin desear eliminarlas o acortarlas. Lo primero a lo que tuvo que enfrentarse fue el shock que le causo enterarse que a sus 17 años, nunca más volvería a caminar y que lo único que podía mover de su cuerpo eran los ojos y la boca. El reto era grande y su orgullo y enojo pequeño. Eso le permitió pedir y abrirse a recibir ayuda: emocional, física y espiritual. Su intuición le decía que aceptar su nueva realidad facilitara la adaptación a su nueva condición física. Encontró que tenía un gran motivo para dar gracias a Dios, el estar vivo. Agradecer su vida lo llevo a elegir no sentir lastima por si mismo, y por lo tanto vería con amor y respeto su cuerpo y las limitaciones ante las que se enfrentaría. No se victimizo en ningún momento. Contrario a eso, se interesó por aprender a través de las historias de otras personas que al igual que él habían estado en la misma circunstancia y habían logrado salir adelante. Al día de hoy, es un hombre feliz, encontró el amor, se casó con la que él llama, el amor de su vida. Es un digno ejemplo de humildad y aceptación. Su nueva profesión: conferencista motivacional y escritor.
- Teresa, perdió la vista a causa de una enfermedad a los 30 años de edad. Ella me enseño que fue a través de su nueva condición visual, que descubrió que tenía el don de la escritura. Gracias a la resiliencia o capacidad que encontró dentro de ella para superar las circunstancias traumáticas que experimentaba, no se dio por vencida, tampoco peleo con su nueva realidad ni la resistió, actitud que le permitió adaptarse rápidamente al uso del bastón, y desear aprender el sistema braille o lenguaje que utilizan las personas con discapacidad visual o ceguera para poder escribir y leer textos, libros y documentos, que es a lo que ahora ella se dedica en la actualidad.
- La historia del chico que perdió carbonizadas las dos piernas y un brazo tras haber recibido una descarga eléctrica de alto voltaje a sus 22 años, me impacto. Cuando él estaba narrando cómo había sucedido el accidente, recuerdo que lo escuchaba absorta. Lo que más llamaba mi atención era la paz que había en su voz y en su rostro mientras lo narraba. Buscaba ponerme en sus zapatos e imaginar cómo puede alguien a pesar del dolor que estaba experimentando, preocuparse por el dolor que iba a causarle a su mamá. Que ella fuera a sufrir por su culpa era lo que más le dolía. Era tal el amor que ambos se tenían que cuando ella llegó al hospital y lo encontró en la emergencia, lo abrazo, dio gracias a Dios por haberle dejado a su hijo con vida, él muy consternado le pidió perdón por hacerla sufrir y ella respondió: “No tengo nada que perdonarte. Que estés con vida es mi mayor alegría. No sufras más. Pongamos todo en manos de Dios, tu y yo sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien”. Actualmente dedica su tiempo a dar charlas motivacionales a jóvenes. Este chico que en el pasado era electricista, hoy es un ser humano que con su historia toca corazones y cambia vidas.
Ante tales testimonios, aprendí que, al ser agradecidos a pesar de sus circunstancias, pudieron centrarse en las cosas buenas que aún tenían: 1- seguir con vida, 2- tener el amor y el apoyo de su familia, 3-tener paz. Tres grandes pilares que les permitieron encontrar y desarrollar sus nuevas habilidades o talentos. Ninguno de ellos tiene enojo o resentimiento hacía la vida o sus circunstancias. Todos aprovecharon el dolor para crecer, evolucionar y trascender su historia al poner sus nuevas habilidades al servicio de los demás.
Ya para despedirme, quiero invitarte a que cualquiera que sea la circunstancia por la que estés atravesando al leer estas líneas, hagas una pausa y des las gracias por todo lo que ya eres, ya haces y ya tienes.
Si con lo que tienes no eres feliz, teniendo más tampoco lo serás.
Un abrazo a tu alma.
Carolina Alcázar.