La palabra renacer Wikipedia lo describe como: Acción de renacimiento, un concepto budista que habla sobre la reencarnación. Para efecto de este blog al escribirla con S, a lo que me refiero es a hacer uso del autoconocimiento. A ir paso a paso descubriendo en nuestro mundo mental y emocional qué es lo que nos sucede, porque al saberlo nos será más fácil gestionarlo. Además, para auto conocernos es importante explorar qué es lo que queremos ser, qué somos en este momento, hasta dónde queremos llegar y cómo queremos hacerlo.
Para aprender al respecto, tuve la oportunidad de asistir al taller RenaSer que dicto Michel Domit del 7 al 10 de julio en el Hotel El Santuario, en Valle de Bravo, Toluca, México. Autor del libro: Ser, hacer y tener, en su libro y en el taller, nos invita a atrevernos a cambiar nuestra vida hoy, y ser arquitectos de nuestro propio destino. Nos enseñó durante cuatro días a generar un plan de vida, con puntos de chequeo diarios, basados en quién queremos ser, que necesitamos hacer y tener para lograrlo. Uno de los puntos focales fue descubrir, si aún no lo teníamos claro, cual es nuestra misión de vida, ya que es el puente más corto entro lo que somos hoy y lo que queremos llegar a ser. Un paréntesis, en mi caso, mi misión es servir a través de comunicar de forma verbal y escrita que existe otra forma de ver y experimentar la vida y, compartir herramientas que demuestran que el cambio es posible, si y solo si, cuando elegimos dejar de sentirnos víctimas y nos convertimos en protagonistas conscientes de nuestros pensamientos, creencias, emociones, palabras y acciones. Doy fe que eso es cierto.
Otro regalo recibido en el transcurso del seminario fue aprender a distinguir la fuente de nuestro pensamiento que corresponde a nuestra naturaleza divina, Dios, y la de nuestro demonio interno o sombra, a la que él llama: “La voz chinga quedito”. Le dice así porque esa es una voz que nunca para de hablarnos, y suele hacerlo con palabras y frases que nos infunden: miedo, duda, tristeza, desconfianza, lastima, enojo, rechazo, culpa, vergüenza, resentimiento, apatía, insatisfacción, entre otros. Mientras que la voz de nuestra naturaleza divina genera en nosotros: paz, amor, aceptación, certeza, alegría, entusiasmo, coraje, voluntad, animosidad, confianza, seguridad,
Uno de los compromisos más importantes que asumí en ese taller fue el fortalecer en mí, diez virtudes, que, en este momento de mi vida, considero vital potenciarlas, tomando en cuenta que el orden en que las elijo, me llevará a crear un destino diferente.
- Espiritual: Es un estado de consciencia, una fortaleza de pensamiento, la cual me otorga convicción de que hay una realidad más allá de lo que perciben mis sentidos. Para potenciarla me comprometo a meditar todos los días al menos 10 minutos en la mañana, 10 minutos al medio día y 10 minutos en la noche. El silencio y la respiración consciente me permiten conectarme con esa realidad que se fehacientemente que existe más allá de lo que perciben mis sentidos. En otro blog compartiré contigo sobre otra experiencia maravillosa que viví hace pocos días en Temachtiani, Amatlán, Morelos, México.
- Amorosa: Es la persona que siente afecto, inclinación y entrega hacía una persona. Saberme conectada con todo y con todos, me permite tratarles de la misma en que deseo ser tratada por ellos. Enfocándome ahora más en experimentar lo que nos une más que en los procesos mentales que están basados en creencias de separación y carencia.
- Sabiduría: Una persona sabia sabe la forma correcta de aplicar el conocimiento que tiene con prudencia y sensatez yendo mucho más allá que el intelecto, enfocada en la observación y reflexión sobre las experiencias propias y ajenas sobre la vida. La meditación y guardar silencio me permiten observar sin emitir juicio u opinión, lo que me permite asentir ante todo lo que es y sucede es repetir la siguiente frase: Carolina, así es perfecto. Abraza el momento y déjalo pasar.
- Humildad: Una persona humilde es aquella que ha desarrollado consciencia de sus propias limitaciones y habilidades. Sabe que hay cosas que desconoce y que debe aprender a solventar. Para potenciar la humildad elijo mantener siempre una actitud de curiosidad y de aprendiz, abriéndome a las opiniones y puntos de vista de otros, y a aprender de mis errores y de los ajenos.
- Coherencia: hacerme cargo de lo que digo y hago tomando en cuenta que el cambio es permanente y que de ser necesario volveré a pactar nuevos acuerdos conmigo y con otras personas si las circunstancias así lo requirieran.
- Inteligencia: La persona inteligente es capaz de escoger la mejor opción entre las posibilidades que se presentan a su alcance para resolver un problema. Dejar de reaccionar y mejorar mi forma de responder implica comprensión, autocontrol, respeto y madurez.
- Valentía: Valiente es la persona que tiene la capacidad de superar los miedos y las inseguridades, actuando con autodeterminación sabiendo que es capaz de superar las dificultades que se le antepongan.
- Paciencia: Es la capacidad que tiene una persona para enfrentar las adversidades con tenacidad y sin lamentarse. Meditar y hacer ejercicios de respiración consciente permite ver las cosas con más claridad y más respeto a los tiempos y capacidades de los demás.
- Dichosa: Es la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de todo lo que tiene y le rodea. Todos los días, agradecer a todos, por todo, todo el tiempo nos permite darnos cuenta de todo lo que ya somos, hacemos y tenemos.
- Saludable: Buscar siempre mi bienestar físico, mental, emocional, espiritual y social todos los días del año. Haciendo ejercicio 6 días a la semana, comiendo todos los días más frutas y verduras, menos carnes, evitar carbohidratos refinados, azucares y consumir licor. Escuchando podcast o entrevistas que enriquezcan mi vida espiritual e intelectual.
Como podrás observar, comprometernos a ser los arquitectos de nuestro destino requiere la práctica diaria de buenos hábitos que a base de perseverar en su aplicación convertiremos en virtudes.
Te invito a que te plantees las siguientes preguntas: ¿En quién deseas convertirte? ¿Qué cambios estás dispuesto a llevar a cabo en tu vida?
Carolina Alcázar