Dentro de las acciones que he encontrado que más facilitan resignificar nuestra historia, están la aceptación y el dejar ir. Hasta que no aceptamos las cosas tal y como fueron, seguiremos siendo victimas de nuestras circunstancias y no podremos hacernos cargo de lo que si está en nuestras manos modificar, y menos aún, soltar o dejar ir aquello que no podemos cambiar o con lo que ya no me deseamos relacionarnos.
La aceptación.
Es la capacidad que tenemos de asumir la vida, tal y como es, con situaciones agradables o desagradables, sin intentar cambiar aquello que no podemos controlar. Tomando en cuenta que es un proceso de tolerancia y adaptación, no de lucha.
De alguna u otra forma, todos hemos experimentado que es muy fácil aceptar lo que nos gusta, lo que queremos, lo que va acorde a nuestras expectativas, pero no es tan fácil aceptar lo que no queremos y lo que no nos gusta de la realidad, por ejemplo: Las decisiones que nuestra pareja toma, que no queremos que tome, los proyectos que no se dan, que queremos que se den, o que nuestros planes no estén acorde a nuestras expectativas.
¿Qué hacer cuando aceptar lo inaceptable no es tan sencillo?
Cuando estés ante una situación que crees que no puedes aceptar, lo primero que tienes que hacer es preguntarte ¿hay algo de esta realidad que no me gusta qué este bajo mi control y en mis manos modificar? Si, lo hay, entonces ¿qué puedes hacer? ¿Qué de eso que no te gusta, puedes modificar? ¿Tu actitud frente a eso? ¿Puedes cambiar la percepción o lo que crees sobre eso? Si no puedes modificar esa realidad o lo que sientes sobre ella, entonces ¿Qué necesitas hacer? ¿Puedes aceptarlo, así como está?
Por ejemplo: Esa realidad tal cual, ese hombre, esa relación en la que él o ella no quieren cambiar ¿Puedes aceptar dejar de querer que él o ella sean como tú quieres que sean? ¿Puedes dejar de querer obligar, modificar o forzar las circunstancias para que sean como tú quieres que sean? Si, si lo deseas, ábrete a esa experiencia, que es la que hay. Di, yo puedo con esto y haz todo lo que está en tus manos hacer.
Pero si no puedes aceptar eso, entonces ¿cómo te puedes preparar para soltar esa experiencia? Prepárate, pero no lo hagas tratando de exigirle al otro ni obligarlo, sino que eres tú quien tiene que decir: esto no va más, y si esto no va más, ¿qué tengo que aprender a soltar?
¿Cómo podemos empezar a soltar lo inaceptable?
Soltar implica:
- Aceptar que es absolutamente legítimo amar algo o a alguien y, no por ello tenerlo más en tu vida. Amar a alguien, no quiere decir que tienes que estar ahí. Puedes irte con todo el amor. Puedes abandonar esa relación, dejar lo que necesitas aun amándolo, y reconociendo eso como un valor importante.
- Permitir las emociones que desencadenan la pérdida, porque si tú no te permites la tristeza sobre algo que es valioso, y ya no está en tu vida, es ser muy duro y muy cruel contigo. Se vale llorar la pérdida de lo valioso, llorar es una parte específicamente importante del duelo. Así que permítete las emociones que surgen de soltar eso valioso.
- Soltar lo valioso de eso. Es decir, lo que amas de eso. Porque uno no está en las relaciones o los lugares por lo malo, uno está ahí por lo bueno que consideraba que recibía de ello, y a esas, son las cosas a las que necesitas renunciar, cuando algo de esa realidad, no va de acuerdo a lo que estás buscando, suelta.
“Amado Padre, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia”. Oración de la serenidad.
Carolina Alcázar
