Hoy deseo compartir contigo algunas ideas que me han ayudado a enfrentar y/o resolver mis miedos e inseguridades. Tomando en cuenta que desde niña puedo decir, sin temor a equivocarme, que era la persona más insegura, miedosa y desconfiada que te puedas imaginar; muchas personas no creen que eso sea verdad, pero si lo fue. Sabes por qué lo dudan, porque esa descripción no coincide con la persona que soy ahora.
Lo que me alienta a escribir este blog, es el deseo profundo de mi corazón de querer que tu también puedas superar los tuyos. No considero al miedo un enemigo, lo veo como un aliado que está al servicio de la humanidad. El miedo, es un esquema cerebral de adaptación al entorno y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, el cual nos permite a las personas responder ante situaciones adversas con rapidez. En ese sentido, es normal y beneficioso para todos los seres vivos tener miedo.
Dicho en otras palabras, el miedo es un mecanismo innato de defensa que se activa ante la percepción de un peligro, que puede ser real o no, pero que provoca sensaciones muy intensas y desagradables. El miedo de una emoción primaria que nos alerta de una posible amenaza y nos indica que debemos tomar medidas para protegernos.
He llevado a la práctica las siguientes acciones:
- Enfocarme en la respiración. Hacerlo me permite calmar la mente y desacelerar los pensamientos de angustia y negatividad. Concentrarme en la respiración ha sido una gran manera de relajarme y reducir la ansiedad que puedo estar sintiendo en un momento determinado. Cuando siento grandes emociones, me imagino a ti te pasa si no igual, parecido, empiezas a respirar más rápido. Si trabajas para reducir la respiración, esto le indica a tu cerebro que es hora de calmarse, y con una mente calmada pensaras mejor. En momentos de crisis, enojo, miedo, tristeza profunda, prefiero alejarme por un momento de mi entorno y respirar de manera consciente durante al menos cinco minutos. Te prometo que pone mi mente en otro estado. No hacerlo, me llevo en el pasado a tomar decisiones de las que muchas veces me arrepentí.
- -Siéntate con tu miedo. Nómbralo. Dale forma, tamaño, color, textura, aroma, temperatura. Reconocerlo es esencial, pierde poder sobre ti.
- -Una vez lo identifiques, ¿pregúntale qué mensaje tiene para ti? Escucha atenta sus respuestas que llegaran a ti en forma de pensamientos, no los descalifiques, mejor enfócate en si estas comprendiendo o no su significado.
- -Sal de tu zona de confort. Ponte pequeños retos. Haz aquellas cosas que has venido postergando por años, el tiempo es un valor no renovable, lo que no te atreviste a hacer hoy, lo lamentarás mañana.
- -Toma en cuenta que fallar o fracasar es una posibilidad. ¿El miedo al fracaso y cómo nos limita? Las consecuencias que tiene son diversas, entre las más importantes están: Malestar con uno mismo y baja autoestima. Pensaremos que no somos capaces de hacer ciertas cosas y sentiremos que valemos menos que los demás, y por supuesto ansiedad.
- -Si el miedo te supera pide ayuda. Una persona requiere ayuda profesional cuando tiene un problema que le desborda y dificulta su vida diaria. Así mismo, le causa un malestar y un deterioro en sus distintas áreas de funcionamiento de manera habitual. Estas dificultades tienen una duración, una intensidad y una frecuencia anormal.
“Evitar el peligro no es más seguro a largo plazo que exponerse a él. La vida es una aventura atrevida o no es nada.” Helen Keller.
Carolina Alcázar
